Para un futuro financiero más sólido, aquí hay algunas tácticas para comenzar a vivir dentro de tus posibilidades y desarrollar mejores hábitos de gasto.

Crea un presupuesto.

Hacer un presupuesto simplemente significa examinar tus ingresos y gastos para determinar exactamente cuánto dinero ingresa y dónde lo gastas. Una vez que tengas una comprensión clara de tu presupuesto actual, qué ingresos estás recibiendo y de qué gastos eres responsable, mira más de cerca y encuentra lugares donde puedas gastar menos. Si no estás seguro de por dónde empezar, empieza con esta calculadora de presupuestos .

Identifica deseos versus necesidades.

Una forma eficaz de optimizar un presupuesto es identificar tus gastos discrecionales (deseos) frente a tus gastos esenciales (necesidades). Reconocer la diferencia entre deseos y necesidades puede ayudarte a comprender mejor qué gastos son necesarios y en qué categorías podrías ahorrar. El primer paso es analizar tus gastos y reducir las compras innecesarias. Puede marcar una diferencia significativa en tu presupuesto anual al liberar fondos para guardarlos o utilizarlos en otro lugar. Es posible que ahorres cientos al mes al reducir los costos de entretenimiento o las compras frívolas. La idea no es dejar de disfrutar la vida, sino comprender los costos y priorizar los gastos para una cuenta de ahorros más saludable.

Aborda tu deuda.

Muchas personas deben dinero en forma de préstamos estudiantiles, tarjetas de crédito o deudas médicas o de consumo. Puede tomar muchos años pagar la deuda, pero es importante vivir dentro de tus posibilidades y administrar tu carga de deuda. Tómate el tiempo para identificar cuáles de tus préstamos tienen las tasas de interés más altas y comienza a pagarlos primero.

Considera buscar asesoramiento profesional.

Si tienes dificultades y no puedes controlar tus gastos, considera buscar asesoramiento financiero calificado. Encuentra servicios de asesoría financiera gratuitos y certificados a través de organizaciones gubernamentales en tu región.